domingo, 9 de diciembre de 2012

Capitulo 6: Nervios



La noche estuvo expuesta tan solo para nosotros solos. Michael reservó un elegante restaurante. Aunque más bien lo alquilo, estabamos en la completa soledad si exceptuabamos a los cuatro gatos de los camareros y cocineros.

Michael me había dejado claro desde el principio de la cena que quería decirme algo importante, yo inmediatamente pensé emocionada que me iba a pedir la mano.

-Gracias.-agrade al camarero que nos estaba sirviendo el postre.

-Espero que sea de vuestro agrado la velada.-estrechó la mano a Michael uno de los cocineros.

-Toda la cena ha sido exquisita, gracias.

Michael me miró, yo le mire, me sonrió, le sonreí y volvió a mirar al cocinero.

-Acerquese.-le pidió.

El cocinero se agachó y Michael le susurró algo al oído, completamente inaudible para mi.

-Por supuesto.-sonrió el cocinero mirandome.

-Gracias.

El cocinero hizó una señal al camarero para retirarse.

-Qué le has dicho?-le pregunté de inmediato cuando se fueron, estaba intrigada y un tanto nerviosa, pues el momento se acercaba a escasos minutos.

-Ahora lo verás, tiene buena pinta, verdad?-señaló su plato, un pastel de chocolate.

Ya no aguantaba más, los nervios y la impaciencia me comían a partes iguales.

-Michael, dimelo.

-Te hice esperar demasiado... disculpa...

Una banda de música clásica que había sobre un pequeño escenario empezó a tocar nuestra canción, mire a Michael alucinada.

-Nuestra canción!-exclamé emocionada.

-Great sweet love, sonaba en la radio cuando nos besemos por primera vez.

-No se te ha olvidado.

-Sería imposible hacerlo... bien, creo que ya ha llegado el momento...

Michael movía su copa de vino con nerviosismo, manteniendome una fija mirada a los ojos, haciendo que mi corazón comenzara a bombear más sangre de lo normal.

-Michael...-quisé cortar sus silenciosos miramentos poniendo mi mano sobre la mesa.

Michael dejó la copa, estaba tan nervioso que a punto estuvó de caer.

-Julia.

Tomó mi mano y empezó a acariciarla haciendo movimientos circulares sobre mi piel con el pulgar.

-Es muy importante esto que te voy a decir.

-Estoy lista para oír lo que sea, cariño.

Era el momento, pensaba que enseguida iba a sacar la cajita que contenía el anillo de nuestra siguiente fase.

-Bien...-masculló.

Las velas de la mesa danzaban por nuestros movimientos en esta y los camareros se asomaban timidamente para enterarse de las importantes palabras que me iba a pronunciar Michael.

-Me voy dos meses a Suiza.

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